miércoles, 10 de mayo de 2017

Al principio de la historia, dos animales, un oso y un alce, querían atravesar el puente en direcciones contrarias. Cuando se encuentran en medio del puente, intentan pasar pero no caben. El oso se enfada, lo intenta a la fuerza y casi tira al alce. Como ve que no se puede le dice que de media vuelta. El alce enfadado también le dice que no, que la él. Se ponen a discutir.
Aparece un pequeño mapache, les saluda y les pide permiso educadamente para pasar. El bruto del oso, le coge del cuello y pasa de tener una agresión verbal a tener una agresión física. Lo lanza y lo golpea. Por el otro lado del puente, aparece un pequeño conejo. Que también quiere pasar y lo pide educadamente. El alce le da el mismo mal trato que el oso al mapache.
Los pequeños animales, muy ofendidos les dan un escarmiento; rompen las cuerdas del puente y caen al rio.
Ellos vuelven a intentar pasar por el puente. Se encuentran con el mismo problema que habían tenido el oso y el alce. Pero lo solucionan de una forma muy diferente. Ambos piensan soluciones y se ponen en el lugar del otro, llegan a un acuerdo. Así consiguen pasar el puente y resolver el problema.
La tozudez, el egoísmo, la ira, la envidia, no nos ayudan a resolver los problemas.
La mejor forma es pensar soluciones, pensar en sus consecuencias, pensar en la otra persona y si es posible solucionarlo en equipo. Utilizar la palabra y no insultar, ofender ni mucho menos pegar.
Victoria Olid




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